Los Mayas y el lenguaje corporal

La iconografía maya tiene claras divisiones en estratos que organizan las estructuras mitológicas y arquetípicas en ámbitos diferentes y muy bien identificados con sus habitantes y personajes. El cielo, la tierra, el inframundo, son también sistemas de códigos que referencian un conjunto de símbolos que permite estructurar sentidos mitológicos que por sí mismos se resignifican cada vez que son leídos.

El Cielo, la Tierra, el Inframundo, Son lugares con reglas propias y códigos de honor muy claros. En ellos acontecen cosas que afectan la vida de todos y cada uno de los involucrados en cada plano. Todo sucede en perfecta armonía y todo tiene reflejo en cada plano existencial, lo que sucede en una dimensión, afecta a todas, cumpliéndose así el principio de "lo que es arriba es abajo".

El nivel de los dioses, el de los creadores, el de los gobernantes, el de los artistas, el de los cortesanos, el del pueblo, el del discurso político. En cada uno de estos niveles de lectura, hay una iconografía involucrada que representa los hechos humanizados del acontecer universal con un código propio y que siempre tiene como protagonista al ser humano. Y de los tiempos más antiguos nos llega un arte escultórico y pictórico que parece guardar una importante enseñanza para el hombre moderno pues refleja prácticas físicas que se relacionan con el Yoga hindú así como con el Qigong chino y otras prácticas que popularmente relacionamos con Oriente.
Dichas imágenes nos sugieren preguntar ¿Qué tipo de despliegue energético nos muestran? Al ligar una con otra, sea que provengan del mismo horizonte o compartan elementos simbólicos, tenemos movimiento y dirección, actitud, temperamento, discurso corporal a manera de silenciosa historia: un claro y profundo lenguaje corporal que nos lleva siempre hacia el terreno de las prácticas que buscan siempre un contacto con la divinidad, encender la chispa que nos hace iguales a los formadores y nos devuelve la certeza de nuestro origen cósmico.